martes, 14 de abril de 2015

El arte de desenamorarse


Hola a todos!
Cómo me encanta hablar y escribir sobre amor, decidí hacer otro artículo, un poco más completo sobre el amor pero haciendo hincapié en el "desenamoramiento".
"Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?" Fernando Pessoa.
Desde el comienzo de los tiempos hemos tenido muchas manifestaciones de amor diferentes. Las que se reconocen son varias:
  •  Amor autopersonal: El amor propio, amor compasivo, es, desde el punto de vista de la psicología humanista, el sano amor hacia uno mismo. Aparece situado como prerrequisito de la autoestima y, en cierto contexto, como sinónimo de ésta. Es algo positivo para el desarrollo personal e indispensable para las buenas relaciones interpersonales, y no debe confundirse con el narcisismo, que conlleva egocentrismo y que coincide con una autoestima baja. Para el budismo, que califica al ego como una mera ilusión de nuestra mente, el amor real, amor compasivo, sólo existe cuando se dirige hacia otra persona, y no hacia uno mismo. Para el psicoanálisis, que, de forma completamente opuesta al budismo, califica al ego como la única realidad, el amor autopersonal siempre es narcisismo, que puede ser, a su vez, saludable o no saludable.
  •  Amor incondicional: Es el amor compasivo, altruista, que se profesa sin esperar nada a cambio. El amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor incondicional por antonomasia. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce también como amor de este tipo, y, por tradición, se considera motivado por un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso.
  •     Amor filial: Es esa manifestación de amor que se da entre padres e hijos.
  •     Amor fraternal: En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los hijos. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia, y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco. Desde el punto de vista del psicoanálisis, el fraternal es, al igual que el amor filial, sublimado, ya que está fundado en la interdicción del incesto. (Sí, los psicoanalistas tienen una realidad de amor bastante sexual).
  •     Amistad: Cercano al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad. Para Erich Fromm, dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor predicado en la Biblia mediante la frase "amarás al prójimo como a ti mismo".
  •     Amor romántico: Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis. "En un beso, sabrás todo lo que he callado" Pablo Neruda. Es el amor que llamamos de "pareja" y es la manifestación de amor a la cual haré referencia más adelante.
  •     Amor confluente: Amor entre personas capaces de establecer relaciones de pareja, definido a mediados del siglo XX. Aparece por oposición al amor romántico: no tiene que ser único, no tiene que ser para siempre, no supone una entrega incondicional, etc.
  •     Amor sexual: Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual, según Helen Fisher, es diferente del amor romántico y del afecto. En su libro Why we love: The nature and chemistry of romantic love (Por qué amamos: Naturaleza y química del amor romántico) la antropóloga propuso la teoría de que la humanidad había desarrollado tres sistemas cerebrales principales para el apareamiento y la reproducción: Lujuria, Atracción sexual selectiva y Apego. Según Fisher algunas personas tienen relaciones sexuales con una persona nueva y posteriormente se enamoran. Algunos se enamoran primero, y luego tienen relaciones. Otros comienzan con un sentimiento profundo de apego, que se transforma en amor romántico y en impulso sexual. Pero el impulso sexual evolucionó hasta permitir el apareamiento únicamente con un grupo de compañeros; el amor romántico evolucionó de tal forma que permite enfocar la energía del apareamiento sobre un solo compañero cada vez; y el apego evolucionó hasta permitirnos formar un vínculo de pareja y criar juntos a los hijos como un equipo. Por otro lado desde el punto de vista de la psicología humanista, el amor romántico, y el amor interpersonal en general, está relacionado en gran medida con la autoestima.
  •     Amor platónico: Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la manifestación de una idea hasta su contemplación, que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Para Platón, el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del conocimiento. Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no hay un elemento sexual o éste se da de forma mental, imaginativa o idealística y no de forma física. (mi amor platónico es Ellen Page ;) )
  •     Amor a los animales y a las plantas: Nace de un sentimiento protector hacia los animales y las plantas.
  •     Amor hacia algo abstracto o inanimado: A un objeto físico, una idea, una meta, a la patria (patriotismo), al lugar de nacimiento, al honor, a la independencia (integridad).
  •     Amor hacia un dios o una deidad (devoción): Suele nacer de la educación recibida desde la infancia, y se basa en la fe. Se considera a Dios como la fuente de todo amor (Dios es amor). La mayoría de las religiones pone en manifiesto el amor a Dios por sobre todas las cosas.
  •     Amor universal: Amor espiritual que, según diferentes religiones, todas las personas pueden llegar a profesar al medio natural y que los grandes místicos experimentan como expresión del nirvana, éxtasis o iluminación, estados de conexión absoluta con el universo o con Dios. Es una manifestación sublime en la que se eclipsan o confluyen el resto de las manifestaciones. Eckhart Tolle sostiene que el amor, como estado continuo, aún es muy raro y escaso, tan escaso como un ser humano consciente.

Desde corrientes psicoanalíticas, para Erich Fromm el amor es un arte y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud. Según Fromm, la mayoría de la gente identifica el amor con una sensación placiente. Él considera, en cambio, que es un arte, y que, en consecuencia, requiere esfuerzo y conocimiento. Desde su punto de vista, la mayoría de la gente cae en el error de que no hay nada que aprender sobre el amor, motivados, entre otras cosas, por considerar que el principal objetivo es ser amado y no amar, de modo que llegan a valorar aspectos superficiales como el éxito, el poder o el atractivo que causan confusión durante la etapa inicial del pretendido enamoramiento pero que dejan de ser influyentes cuando las personas dejan de ser desconocidas y se pierde la magia del misterio inicial.
Así pues, recomienda proceder ante el amor de la misma forma que lo haríamos para aprender cualquier otro arte, como la música, la pintura, la carpintería o la medicina. Y distingue, como en todo proceso de aprendizaje, dos partes, una teórica y otra práctica.

Desde el punto de vista de la psicología humanista, la definición de amor más delimitada que aporta el humanismo es la de Carl Rogers, también considerada por Abraham Maslow: "amor significa ser plenamente comprendido y profundamente aceptado por alguien". Según Maslow, "el amor implica una sana y afectuosa relación entre dos personas". Partiendo de estas dos definiciones, la necesidad de amor se basa en algo que incita a las personas a ser aceptadas y adheridas a una relación. Dice Maslow: "La necesidad de amor implica darlo y recibirlo, por lo tanto, debemos comprenderlo, ser capaces de crearlo, detectarlo, difundirlo; de otro modo, el mundo quedará encadenado a la hostilidad y a las sombras". Para Maslow, así como para muchos teóricos de la psicología, las necesidades o pulsiones-deseo descritas por el psicoanálisis nunca llegan a una satisfacción completa o son acompañadas por el surgimiento de una nueva necesidad, por lo cual siempre permanecerá en la persona un estado de requerimiento.
Según los psicoanalistas cuando en las relaciones sentimentales existe cierto grado de egoísmo, se producen situaciones en las que uno de los amantes, por miedo al fracaso, por la inseguridad emocional que le produce su falta de autoestima, polariza su egoísmo en una muestra extrema y desesperada de altruismo, que a modo de ultimátum se manifiesta por un amor desmedido sin pensar en los límites de uno mismo, pudiendo incluso llegar a poner en peligro su propia existencia o la de la otra persona por estar experimentando un estado polarizado de obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del ser amado, y lo hace por encima de todas las cosas, pero, en última instancia, esperando obtener algo a cambio.
Desde el punto de vista del budismo, es un amor con apego. En estos casos, el dar sin recibir a cambio, el sacrificarse y anteponer las necesidades del ser amado por encima de las de uno mismo, suele considerarse, para las personas que no han cultivado suficientemente el altruismo, es decir, para las personas que no son capaces de amar sin apego, una antesala al desequilibrio emocional, ya que la persona objeto de la obsesión no tiene por qué responder tal como se había premeditado; o puede incluso que, bajo una actitud igualmente egoísta, no agradezca el esfuerzo y exija aún más. No obstante, algunos confunden esa polarización con amor verdadero o  sano, y exigen de la otra persona el mismo comportamiento, pudiendo manifestar frustración extrema y, como salida a dicha frustración, la violencia.

Como pudimos ver el amor es un concepto relativo que proviene de la mente y percepción de cada uno.
Estar enamorado (para mí) es ver a la otra persona de la mejor manera posible, es decir, su lado positivo. En este momento nos encontramos conociendo a la otra persona y todo lo que vemos nos parece hermoso, su manera de mirar, el el sonido de su voz, su risa, ese gesto que tiene cuando algo no le cae bien, etc. Es tan hermoso este momento!!! Podría escribir tanto sobre esta etapa... Pero ese no es el objetivo de este artículo.
Amar por otra parte, a mi parecer, es cuando conocemos a la otra persona y la aceptamos tal y como es, con fantasmas, miedos, defectos y  nubecitas negras, porque como dice Françoise Sagan "Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender". Es más esas cosas consideradas defectos nos encantan, porque nos demuestran que la persona es real, no es una fantasia. "Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta" Sam Keen.
Lamentablemente en la actualidad el amor es visto como un negocio más, como lo es la salud, la nutrición, la educación y muchas tantas cosas a las que todos tenemos derecho.
El tema principal de este artículo era sobre desenamorarnos, más específicamente: ¿Cómo desenamorarnos de alguien?
Desenamorarse no es nada más que dejar de estar enamorado (viva la redundancia!) para pasar a amar a la otra persona. No es dejar de quererla, ni mucho menos dejar de sentir amor. El amor es un milagro que se da de manera natural y afortunadamente no tenemos control sobre él. El otro día fui a misa y para mi sorpresa, me confesé. Hablando con el sacerdote comprendí que el amor es libre, y no es una transacción en el banco, un dar y recibir. Que la verdadera dicha está en dar, y que eso es lo que nos hace bien. Dar a los otros y que el amor nunca puede estar mal.   
"Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz" George Sand. 
Me dirán que soy lenta o que cómo es posible que nunca me haya puesto a pensar en eso antes. A lo que pretendo llegar es que a nosotros nos enseñan desde muy chicos a que el amor es manipular al otro, hacerlo que haga lo que nosotros queremos que haga, pensar en que la persona debería conocernos a fondo sin antes habernos mostrado frente a ella. Que el amor siempre tiene que ser celoso y posesivo. Solamente damos amor porque sentimos que nos merecemos amor, y no estamos tan equivocados. Todos merecemos recibir amor, pero esa no es la mejor razón para dar amor, esperar a recibir constantemente algo a cambio nos hace tener siempre grandes expectativas en la persona de la que estamos enamorados cuando en realidad solo damos amor porque así lo sentimos. Amar es por sobre todo querer la libertad de la otra persona como dice el dicho "si amas algo déjalo libre" y no es como muchos erroneamente lo interpretan, no quiere decir actuar indiferente con la persona que amamos, para nada, sino simplemente dejarla lbre, no querer poseerla, ni limitarla, no cortar sus alas sino volar junto a ella. Si sentimos que tenemos que forzar las demostraciones de amor deberiamos hacer un repaso dentro de nosotros y preguntarnos qué es lo que está pasando adentro, porqué nos cuesta ser demostrativos. 
Que quede claro que no podemos elegir estar o no enamorado de alguien. Eso es algo natural, dejemos de buscarle explicación a algo que carece de explicación alguna. El amor es un sentimiento que nace solo y no depende de nosotros dejar de sentirlo. Sí depende de nosotros sembrar el amor y cuidarlo para que dure para siempre. En lugar de deprimirnos porque la otra persona no capta nuestras indirectas, tratemos de conquistarla, y no esperar que sola empiece a sentir algo. No podemos cosechar algo que no sembramos. Y por otro lado, si lo inentamos y no funcionó. seguro que algo bueno tenemos que sacar de ese amor, siempre aprendemos, aún cuando no somos conscientes de eso. Te propongo hacer un repaso y pensar en lo positivo de esas relaciones pasadas, dejando de lado el dolor. Nunca olvidemos que cuando una persona se va es porque ya nos enseñó lo que tenía que enseñarnos y le está dejando el lugar para alguien nuevo en nuestra vida.
Vivan, respiren, sientan el amor!   
"One for loveone for truthone for me, one for youwhere we once were divided, now we stand unitedwe stand as one... undivided" Bon Jovi.

No tengo nada más que decir. 

Andu.


Bibliografía: 
Erich Fromm. El arte de amar. Editorial Paidós. 2002.
Fromm, Eric; "The Art of Loving", Harper Perennial (1956), Original English Version.
Helen Fisher. Why we love: the nature and chemistry of romantic love. 2004. 
Is Buddhism good for your health? Artículo por Stephen S. Hall para The New York Times Magazine, 14 de septiembre de 2003.
 A. H. Maslow. A Theory of Human Motivation. 1943. Classics in the History of Psychology.
 El psicoanálisis sobrevive 70 años a Freud. Artículo de María Sánchez-Monge en el periódico español El mundo (5 de noviembre de 2009).
El psicoanálisis va a desaparecer, dice Mikkel Borch-Jacobsen. Artículo de Luisa Corradini para el periódico argentino La nación (14 de septiembre de 2005).



lunes, 6 de abril de 2015

Atrapado en un pasado negativo


Buenas noches a todos! Hoy me gustaría hablar de un problema que muchas veces nos atormenta, Vivir atrapado en un pasado negativo.
Todos tenemos un pasado y de alguna manera, este nos condiciona. No podemos negar quienes éramos o que cosas hicimos. Hay personas que utilizan su pasado para no volver a cometer los mismos errores y aprender de estos, pero hay otros que no pueden dejar atrás situaciones, sentimientos o personas del pasado. Cuando uno sigue atado emocionalmente a su pasado generalmente arrastra una mochila de culpa y resentimiento, y con el tiempo la carga se hace más pesada lo que dificulta nuestro crecimiento personal y en consecuencia nuestra vida diaria. 
En esta mochila se esconden situaciones que no hemos sabido procesar emocionalmente en el momento y continuan haciéndonos daño. Sin embargo no podemos soltar lo que no sabemos que estamos agarrando. Por este motivo está bueno, que de vez en cuando miremos a nuestro pasado para poder descubrir las respuestas que expliquen nuestro presente.

¿Cómo hacemos para saber si seguimos atados al pasado? 
Hay varios signos que indican que vivimos mirando hacia atrás con mucha frecuencia y que esto nos imposibilita a disfrutar al máximo las oportunidades que tenemos en el presente. 
  • No quieres hablar de la situación o te cuesta mucho hacerlo. Cuando hemos aceptado una situación, no tenemos problemas para volver sobre nuestros pasos y hablar de ella, tanto de los aspectos positivos como de los negativos. Cuando algo forma parte de nuestro pasado y lo hemos aceptado plenamente, lo abordamos con naturalidad. Sin embargo, cuando nos negamos a hablar de un tema, es porque este continúa molestándonos o haciéndonos daño de alguna manera, es un signo de que no hemos podido pasar página e integrar esa vivencia en nuestra historia.
  • Experimentas sentimientos negativos que no tienen explicación. A veces, aunque todo esté bien en nuestro mundo, experimentamos vagos sentimientos de dolor, resentimiento o culpa. Esas sensaciones no provienen del presente, no podemos encontrar algo que las origine en el "aquí y ahora" simplemente porque vienen directamente del pasado, de una situación que aún nos está dañando y que no hemos resuelto del todo. Recuerda que el hecho de que sepultemos una experiencia, no significa que no haya existido y mucho menos que deje de causar dolor. Podemos cubrir la herida con una venda pero el hecho de que no la veamos, no quiere decir que no duela o duela menos.
  • Reprimes las emociones. Uno de los signos de alarma de que aun no hemos hecho las paces con nuestro pasado llega de la mano de la represión de las emociones. Por ejemplo, cuando una persona querida nos abandona y aceptamos la pérdida, logramos recordar viejos momentos con una mezcla de tristeza, alegría y nostalgia. Dejamos de resistirnos al recuerdo porque somos capaces de manejarlo. Sin embargo, en los primeros tiempos reprimimos las emociones y los recuerdos porque estos nos resultan demasiado dolorosos, lo cual significa que aún no hemos aceptado emocionalmente lo que ha sucedido.  
  • No puedes controlar tus impulsos. Los impulsos provienen, básicamente, de nuestras emociones. Cuando reprimimos nuestras emociones y sentimientos, estas salen a la superficie como impulsos. Por eso, si siempre estás enojado, si te sientes ansioso y la ira explota con facilidad, es probable que necesites resolver asuntos pendientes de tu pasado. Recuerda que para ejercer un buen autocontrol sobre los impulsos, es necesario estar en paz con nosotros mismos.  
  • Te sientes limitado, pero no sabes por qué. Se trata de una sensación que todos hemos experimentado en alguna ocasión, una sensación que nos impide dar lo mejor de nosotros mismos pero para la cual no encontramos ninguna explicación lógica. En esos casos, suele tratarse de un trauma que eliminamos de nuestra mente consciente pero que continúa determinando nuestra vida desde el inconsciente. Los miedos irracionales, las creencias limitantes y las excusas para no crecer pueden tener su origen en una experiencia pasada que nos ha marcado emocionalmente y que no hemos sido capaces de procesar.
  • Revivir constantemente una situación traumática. Cuando nos encontramos a nosotros mismos leyendo una y otra vez el mismo capitulo doloroso de nuestro pasado tratando de encontrar respuestas que no pudimos encontrar antes y por consecuencia no podemos seguir adelante. Nos limitamos a lo que conocemos o creimos conocer. Muchas veces es dificil desprendernos de personas o hechos que nos marcaron, porque nos cuesta mucho aprender a dejar ir.
  • Repites los mismos errores continuamente. Se dice que el hombre es el único animal que choca dos veces contra la misma piedra. Y es cierto, pero cuando chocamos varias veces, es hora de preguntarse qué estamos haciendo mal. Hay personas que se ven envueltas en patrones de comportamiento recurrentes que les hacen cometer una y otra vez los mismos errores. En esos casos, lo que suele pasar es que la persona se está castigando por una experiencia del pasado que no ha asumido, obligándose a vivir continuamente la misma situación.  
¿Cuál es la solución?

Toda experiencia encierra aspectos cognitivos y emocionales. Somos muy buenos racionalizando pero muy malos aceptando las emociones, por eso, podemos comprender determinadas decisiones y comportamientos pero no logramos aceptarlos emocionalmente. Sin embargo, hasta que no aceptemos emocionalmente esas situaciones no lograremos pasar página. No se trata de superar a algo o a alguien, sino a nosotros mismos, a esa persona que éramos.

Aquí les dejo una serie de pasos para dejar de castigarnos por un error de nuestro pasado:
  •  Entender que castigarnos no nos ayudará en absoluto a resolver nada. Si cometiste un error y sabes cuales son las consecuencias de este, tratá de enmendarlos. Si es posible, pedí disculpas. Si no puedes pedir perdón, quizás porque ya no puedes hablar con esa persona, aprendé del error para asegurarte de no volverlo a cometer.
  •  Hablar del error. Cuando experimentamos una gran sensación de culpa, solemos alejarnos de nuestros amigos. No obstante, cuando te sientas listo y puedas hablar de eso, deberías conversarlo con alguien. Siempre está bueno tener una perspectiva más parcial del asunto, y sorprendentemente, esto nos ayuda a alivianar la culpa.
  • Aprender a ser amables con nosotros mismos. Siempre es más fácil ser amable con las demás personas que con nosotros mismos. Una buena forma de lograrlo es manteniendo un diálogo positivo y amable dentro de nosotros. 
  • Comprender a los errores como oportunidades para crecer. Las personas que se castigan suelen comprender los errores como fracasos o defectos a través de los cuales determinan su valía. Sin embargo, pensá siempre que el camino al éxito está lleno de fracasos. A menudo, de la mano de los errores llegan los aprendizajes más importantes de la vida. 
  •  Poner los hechos en perspectiva. Uno de los mecanismos que perpetúa la culpa es pensar que si pudiésemos regresar en el tiempo, hubiésemos actuado de una manera diferente. Sin embargo, es importante que te des cuenta de que en aquel momento, con el conocimiento que tenías y las circunstancias que te rodeaban, tomaste la decisión que creíste más oportuna. Aceptar este hecho es tremendamente liberador.
  • Aprender a valorar con flexibilidad. Detrás del castigo casi siempre se esconde una persona rígida que no quiere aceptar que se equivocó, al menos no en un aspecto que le resulta tan significativo. No obstante, recordá que entre el negro y el blanco hay miles de tonalidades. Tener un poco más de flexibilidad mental y alejarte de ese pensamiento polarizado va a ayudarte a enfrentar la vida desde una perspectiva más abierta.
  • Tener en claro quiénes somos. Las personas que se castigan durante años terminan olvidando quiénes son para convertirse en alguien que simplemente que carga el fardo de la culpa. A veces, es como si toda su vida se hubiese reducido a ese incidente. Para salir de ese círculo vicioso es importante que recuerdes quién sos y que saques a colación todas tus cualidades positivas. Vos sos mucho más que tu culpa. 
Bueno espero que les sirva de ayuda! A mí me sirvió mucho para dejar el pasado atrás! Dejemos de vivir una vida triste y animémonos a disfrutar de las oportunidades que tenemos ahora. Antes de que estas sean oportunidades que tuvimos y nunca supimos aprovechar. 

Andu.